Jorge antes de la caida |
Domingo 2 de febrero de 2014. Tradicionalmente con el primer fin de
semana de febrero se da comienzo a la temporada de ciclismo en
carretera. Ocasión para rendir tributo a la Virgen de Dorleta en el
suspiro del moro y pedir para que a todos los amantes del ciclismo nos
vaya bien. Así lo hicimos también nosotros: Juanma, Samuel, Jorge y José
Antonio. La etapa de hoy como la de casi todas las peñas, unos por un
camino y otros por otro, tenía como destino el suspiro de moro. Nosotros
hicimos el recorrido por Santa Fe. Una mañana fría, tan solo 2 de
grados a las 9 de la mañana pero soleada que se agradeció después de una
semana tormentosa de viento, frio y lluvia. Hoy no voy a hablar de
ataques ni de piques, hoy voy a centrarme en la mala suerte que ha
tenido nuestro compañero Jorge.
El día transcurría normalmente, con sus cosillas, pero normalmente, disfrutábamos de la jornada, incluso cuando llegamos al suspiro del moro nos encontramos con nuestros amigos de Granada pedales http://www.granadaapedales.com/. Allí estaban para cubrir informativamente, la llegada masiva de peñas. Después de charlar con ellos agradablemente e invitarlos para que cubran alguna de nuestras salidas nos ponemos en el camino de vuelta, por Las Gabias, La Malaha, Santa Fe y Chauchina, y es esta parte del recorrido donde tuvimos el percance que ha marcado desafortunadamente la jornada de hoy: a falta de tan solo 1 km para coronar el Alto de La Malaha, sufrimos una caída Jorge y yo (José Antonio). Jorge quiso acelerar poniéndose de pie con tan mala fortuna que la cadena se le salió lo que le llevo a no controlar la bicicleta y dar con sus huesos en el suelo, pero es que yo iba tan cerca que no me dio tiempo a esquivarlo y literalmente caí de culo sobre él. El resultado fue las típicas quemaduras por el asfalto para Jorge y yo con un fuerte golpe en la parte superior del culo. Afortunadamente al ir subiendo las consecuencias físicas no fueron de consideración, pero materialmente fue nefasto que en mi caída partí el cuadro de mi amigo Jorge. En un principio no nos dimos cuenta y seguimos la etapa. Cuando llegó Jorge a su casa comprobó como el cuadro se había partido en su tubo central. Lo verdaderamente milagroso es que pudo continuar, hacer los casi 15 km que restaban con ¡¡¡ el cuadro roto ¡¡¡. No quiero pensar que hubiera pasado si en la bajada hacía Santa Fe, que siempre se va muy rápido, le da por salirse los tubos……
Esperemos que esta sea la única desgracia que tengamos y que nuestro amigo Jorge pueda reparar su bicicleta. Un abrazo campeón ¡¡
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