Hoy nos hemos mojado. Todas las previsiones
apuntaban a un día no apropiado para coger la bicicleta, pero hay que ver como
son las cosas, o mejor dicho como es el
dichoso gusanillo ciclista que hasta el último momento persevera hasta salirse
con la suya, y eso es lo que ha sucedido hoy.
Las ocho y media en Loja y una fina lluvia
que estaba cayendo, por momentos para y es en ese preciso instante en el que
decidimos salir. Sí señor, ya que estamos allí, vestidos y la compañera de fatigas,
pues que sea lo que sea pero a rodar.
Pero hoy también contábamos con otro
aliciente, nuestro amigo Juan Ruiz del Pino de Antequera nos acompaña, la
última vez que nos vimos fue en pleno verano y en un marco tan singular como el
Torcal de Antequera, así que en la salida estamos Juan, Paco, Samuel y J.A.
En un principio la etapa estaba prevista para
ir a Alfarnate, pero la lluvia nos hace que cambiemos de planes y buscar
carreteras que no se alejen mucho de Loja. Tomamos dirección Huetor, Villanueva
Mesía y Tocón. Seguimos un poco más y nos desviamos dirección Brácana, el cielo
por Illora está muy negro y de momento la lluvia nos ha respetado, así que
decidimos dar la vuelta por Loreto y Moraleda pero rápidamente tenemos que
cambiar de planes, en la bajada de Brácana empieza a llover y el cielo que nos
pinta hacía Moraleda no es nada alentador, así que sin perder tiempo damos a vuelta
y nos ponemos en el camino que ya habíamos andado.
Pasado Huetor el cielo se abre, la carretera
está muy bien y vemos como el cerro del Hacho está limpio de nubes por lo que
decidimos completar la etapa con la subida al alto del Hacho, pero antes
hacemos una breve parada para reponer fuerzas justo antes de la subida donde
también han decidió parar un grupo de la peña de Huetor Tajar.
Ahora el tiempo ha cambiado, nada de lluvia y
sin frio hace que la subida nos ponga las pilas y sobre casi toda la ropa de
exceso que llevamos. Samuel y Paco se adelantan unos metros, para finalmente
irse Samuel espoleado por dos compañeros de Huetor Tajar que venían como tiros.
El resto preferimos ir tranquilamente.
La bajada la hacemos tranquilamente, ahora sí
que se nota el fresquete y la humedad del día, pero los seis km se pasan en un santiamén
y llegamos a nuestro punto de partida.
Hemos conseguido salvar el día que se presentaba
muy negro, hemos podido charlar bastante y como no, hacer planes para la
temporada que viene. La Marcha Cicloturista la Indomable ha estado hoy en
muchos comentarios pero también la Mussara. No hay nada como tener ilusiones,
esto es lo bueno de la bicicleta y el rodar en grupo. Esperemos que no hayan contratiempos
y que podamos hacerlos realidad.
Muchas gracias Juan, siempre es un placer
contar con tu presencia. Y esto es todo
amigos, hasta el domingo que viene (llueva o no llueva).
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