Dice el refrán que a quien madruga dios ayuda. Hoy no hemos
pegado el madrugón del año saliendo a las siete y media de la mañana, por
delante un recorrido que era casi inédito para todos los que hemos salido.
Chauchina, alto de Moclín, alto de Limones, alto de Colomera. La parte que
desconocíamos era la zona entre Moclín y Limones, una verdadera emboscada y al
ayuda que hemos recibido ha sido en forma de día nada caluroso, porque si con
el recorrido que teníamos llega a hacer calor, los buitres hubieran tenido
carnaza con nosotros.
El alto de Moclín al fondo |
Como decía antes, a las siete y media partíamos
Juanma, Samuel, Manolo y José Antonio con una mañanita fresca que en algún
momento echábamos de menos los manguitos, pero no hubo que esperar mucho para
que nos olvidáramos de ellos. En Pinos Puente tanto Juanma como Manolo, que por
fin reapareció después de varias fines de semana, se encargaron de menear el
asunto camino de Tiena, terreno que a mi particularmente se me hace pestoso,
con la mirada al frente viendo el alto de Moclín no se cómo no se les quitan
las ganas de pegar arreones, pero a estos dos no les daba miedo ni Moclín ni
Moclán.
Comenzamos la subida desde el cruce de
Olivares y la primera rampita ya te pone cachondo para el resto, Juanma delante
y al poco es Manolo el que pone el ritmo a la salida de Tiena, me pego a él
encomendándome al refrán por si me venía alguna ayuda al madrugar tanto, pero
ni flores, Manolete está en plan torero y poco a poco se marcha, por detrás
viene Samuel resoplando y Juanma se queda más rezagado, parece que ha puesto la
reductora y se desentiende, pero nada más lejos de la realidad, a falta de un
km de la cima me caza poniéndome la puntilla que antes Samuel, a falta de dos
km, no supo culminar. Tanto remar para quedarme como un chino a falta de
escasos 500 metros.
Juanma y Manolo, las dos máquinas |
Reagrupados en Moclín comenzamos el descenso
rapidísimo dirección Tozar, con un frio que pela la bajada se hace eterna, las
piernas se quedan tiesas y de repente a comenzar a subir, dos km que duelen.
Otra bajadita con más fresquete y de nuevo a subir camino de Limones. Tras otra
breve bajada y un pequeño falso llano, nos aparece otro repecho que se divisa
de lejos y el comentario es unánime, joder ¡¡¡ 200 metros al 12-14% que te
saben como una banderilla. Menos mal que no hacía calor, no me quiero imaginar
esto con 35 o 37 grados….
Tras superar otros toboganes llegamos a la
localidad de Benalua de las Villas, paramos a reponer fuerzas y llenar los
bidones de agua, nos queda la mitad del recorrido, en teoría de descenso salvo
el alto de Colomera. Unos dos km no muy duros pero que con lo que llevábamos se
hace largo. En este alto perdemos de vista a Manolo, menos mal que venía sin
salir, eso decía él, jajaja, solamente había ido a entrenar a Hazallanas….sin
comentarios.
Sin comentarios |
Camino del pantano de Cubillas a muy buen
ritmo ayudado por la pendiente descendente pero los pocos repechos que salen se
suben endemoniados, con Juanma siempre a la cabeza y retorciéndonos el pescuezo
como pollos que van al matadero, menos mal que somos pocos y bien avenidos….
A la salida del pantano y entre arbustos está
Manolo, imitando a Bahamontes pero sin helado. Todos juntos de nuevo atacamos
el último repecho antes de llegar al Torreón y como no podía ser menos a plato
y resoplando. A estas alturas ya da igual, con la borrachera de repechones que
llevamos uno más que menos no tiene importancia. Camino de El Jau nos queda la
subidita de la autovía, que como no podía ser de otra manera también se hace a
cuchillo, es el último repechito y halla que me lanzo a por los puntos, todo el
día guardando para coronar primero “le petit col d’jau”.
Samuel protege el paquete por si las moscas |
Resumiendo, para mí, la etapa más dura de las
que hemos hecho. Samuel muy irregular, con momentos buenos como en Moclín
haciendo una parte final excelente, y quedándose en los repechos de la parte
final. Manolo a los suyo, pone la moto y no mira pa tras, como se nota que venía
con oxigeno de Hazallanas. Juanma colosal dosificando y sabiendo exprimir en
los momentos adecuados.
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