Decima etapa de la temporada y primer domingo
con una temperatura excelente aunque a las nueve el fresquete se notaba, a
medida que iban pasando los km se hacía más agradable el pedalear.
A las nueve nos ponemos en marcha: Samuel,
Paco, Jorge y José Antonio. Más tarde en Moclín se nos uniría José Miguel.
Como casi siempre que está Jorge la batalla
está garantiza, da igual que venga disfrazado de manso corderito, la casta de
lobo salvaje le acompaña y nada más salir de Chauchina ya se pone al frente de
la mini manada marcando un ritmo alto imponiendo su ley o quizás para que nos calláramos y dejáramos
de bromear en referencia a su trasero provocador. Lo cierto es que llegamos a
Pinos, bendito semáforo el del alitaje, ya calentito.
Tras una breve pausa de nuevo el lobo se
marcha dirección Tiena, solo Paco entra al trapo mientras Samuel y J.A. se
dedican a sestear en los repechones. A lo lejos el lobo y el corderito de las
ventas se ponen al día, por detrás calma chicha pero sin pausa. Poco antes de
llegar al cruce de Tiena-Olivares la manada se reagrupa, se toma aire y unas
cuantas fotillos, las cremalleras (de los maillots) se aflojan y se comienza la
ascensión al alto de Moclín. Como siempre las primeras rampas antes de llegar a
Tiena dan dolor de piernas, es un aviso para navegantes. Paco que lleva unas
semanas pletórico tira “pa lante” con su peculiar estilo de escalador de los
50. El lobo quiere seguir a su presa, sin cebarse, manteniéndose a una
distancia prudencial, controlando la situación. J.A. no se atreve a pasarlo por
miedo a una dentellada, calma tensa. Samuel pasa de todo y a su ritmo se va quedando lentamente.
Antes de llegar a la famosa recurva, el lobo
sufre una avería mecánica, la cadena se le traba, ocasión que aprovecha J.A.
para pasarlo mientras el lobo maldice su suerte. Paco por delante a su ritmo, J.A. al suyo lo
mantiene a raya procurando que no se vaya del todo, es una buena referencia,
por detrás Jorge recupera terreno pero no lo suficiente. A Moclín llega primero
Paco, al poco J.A. y más retrasados Samuel y Jorge pasan por la cima. La
primera dificultad del día queda superada y aunque no llevamos muchos km
hacemos la parada para reponer un poco las fuerzas pensando en la siguiente
cota a superar.
El resto de la etapa se hace agrupados salvo
nuestro querido lobo que visto que no ha podido llevarse ninguna presa a la
boca se va para Chauchina sin parar en Illora para prepararnos unas suculentas
tapas con sus cervecitas.
Resumiendo, etapa no muy larga, 77 km con dos
subidas que para tener en cuenta, un terreno pestoso entre Puerto Lope y el
alto de Parapanda, un día estupendo con los primeros calores y calentando
motores para la primera gran etapa de la temporada que nos espera el domingo
que viene.
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