Después de que el domingo pasado no hubiera salida la climatología, que se avecinaba tempestuosa, hizo un alto en su quehacer y nos brindó un excelente día, con una temperatura ideal y sin apenas aire. Con estas premisas de partida no podía salir nada mal. José Antonio reaparecía después de la caída, Juanma también volvía a salir una vez dejado atrás las nieblas londinenses y nuestro lobo feroz nos deleitaba con sus arranques, Samuel, deseoso de kilómetros y el incombustible Paco formaban el quinteto azulillo. Desde el primer metro el ritmo fue alegre, para eso ya estaba Jorge azuzando para que no nos durmiéramos en los laureles. La subida al visillo se hizo bien, con alegría unos y con calma otros. Al poco de salir de Cijuela nos da alcance nuestro colega Manolo que nos acompañaria hasta la Malahá. El camino por el desierto, una carretera llena de baches y una carretera que ya la podrían arreglar, el día que eso suceda, será un lugar ideal para rodar. Todos agrupados hasta el suspiro del moro, bueno, Jorge se quedó un poco retrasado por problemas con la cala que ya le dio algún susto que otro. Tras la parada y la foto que no pudimos hacer el domingo pasado junto con el resto de peñas, nos ponemos en marcha por un terreno archiconocido y muy favorable, por una vez el aire bajando a Santa Fe nos respeto y se disfruto de una autentica bajada sin necesidad de tener que estar dando pedales, gracias Eolo.
En Chauchina y vista la hora que era, decidimos hacer unos cuantos km más sobre todo porque Samuel estaba hambriento de km y nos vamos camino de Lachar, Jorge se queda ya que tiene que volver al bar pronto, buscando los repechos de Peñuelas. Buen final para una etapa corta pero que se hizo muy agradable por estar de nuevo casi todos juntos, a ver si para la próxima aumentamos la grupeta. Hasta la próxima.
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