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Hoy ha
amanecido con el cielo despejado y sin apenas viento, la mejor manera de
empezar una jornada de ruta. A las 9 de la mañana nos dábamos cita Juanma,
Manolo, Samuel, Nicolás (hoy era su primer día con nosotros) y José Antonio.
Por delante una ruta de unos 72 km con el alto de Moclín como principal
dificultad. El escenario preparado, los actores a por ello pero siempre tiene
que haber algo que fastidie la fiesta y ese algo hoy ha sido unas miserables
puntillas que algún descerebrado las esparció en la rotonda de entrada a
Fuentevaqueros, resultado, de cinco que íbamos dos con pinchazos: Juanma se llevo dos con una separación de apenas 10
cm y Samuel también pisó una. Ya no es por el contratiempo de tener que parar,
arreglar la avería, ni siquiera por la mala uva que te entra cuando te das
cuenta que ha sido a posta, sino porque se podía haber provocado un accidente,
pero claro eso, el lumbreras que las dejó no lo entiende porque esa masa que
lleva alojada en la cabeza no da para más. Seguramente estaría apostado como
ave carroñera a la espera de la victima para sentirse realizado. Como se puede
ser tan ruin, miserable y hasta me atrevo a decir homicida para dejar
esparcidas por la carretera todas esas puntillas sabiendo la cantidad de
ciclistas que transitamos los domingos por Fuentevaqueros, los mismos integrantes
de la peña ciclista de Fuentevaqueros no daban crédito cuando, coincidencias
del destino, coincidimos subiendo a Moclin. Desde aquí queremos mostrar nuestra
mas enérgica repulsa a actos vandálicos como este cuya única finalidad es la de
causar daño. Al autor si es que lee esto mi más sincero pésame por ser un
muerto cerebral. El resto de adjetivo me
los voy a guardar porque seguramente sus ascendientes no tienen culpa de haber
parido esa cosa.
Bueno, vayamos a lo positivo y hoy para mí ha
sido la compañía de Nicolás, que era su primera salida. Espero que vuelva a
repetir aunque la etapa de hoy no era la más adecuada para la forma que tenía
el, se le ha hecho muy dura, pero hay que rendirse ante sus ganas y pundonor.
Una vez superado el percance inicial, hasta
Tiena calma chicha salvo un pequeño tirón de Juanma en la “cote de Alitaje” que
pasa primero, seguramente para restarle puntos a Manolo que ni se inmuto. La subida a Moclín empezaba en el cruce
dirección Tiena, yo me quedo con Nicolás, tomándolo con calma. A la salida del
pueblo nos espera Juanma que había parado para despojarse del abrigo de visón
que llevaba, parece que tenía “algo” de calor. Así los tres subimos juntos,
mientras que Manolo pone la directa y se va con Samuel. Está en juego los
puntos del alto de Moclín. A lo lejos divisamos los maillot rojo de las dos
rapaces, nosotros a lo nuestro, me adelanto unos metros (previo aviso a Juanma
de que no es un ataque, jajaja) para sacar una foto.
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Nicolás y Juanma venciendo a la gravedad |
Al poco y cerca de la curva de 180º que
anuncia el tramo más duro de la subida nos pasa un chaval del equipo de
Contador, una autentica máquina de dar a los pedales, tuvimos el tiempo justo
de contemplarlo porque a los pocos segundos se pierde en la lejanía y nosotros…pues
a lo nuestro. Así seguimos y nos van adelantando pequeños grupetos de la peña
de Fuentevaqueros. Nicolás va sufriendo, Juanma delante a su ritmo, y de Samuel
y Manolo ni se sabe.
Una vez en el alto, nos dan novedades, Manolo
se escapa a falta de 1 km y Samuel aguantando pero entrando a unos 500 metros detrás del, era lo
lógico, a falta del halcón de dos ruedas que se tuvo que quedar hoy currando teníamos
al azor de Manolo planeando y haciendo de las suyas para recuperar el reinado
de las cumbres.
Tiempo de descanso en Moclín para reponer
fuerzas, hablar con los colegas y hacer una fotos. La bajada se hace rápida pero
con precauciones, el asfalto en algunos momentos no está muy bien y bajando a
60 km/h un descuido puede ser fatal.
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Samuel en plena subida |
Camino de Illora terreno rompepiernas,
Nicolás sigue renqueante y Juanma se queda con él mientras que Monolo y yo
vamos delante, Samuel se queda un poco rezagado en el terreno cuesta arriba
hasta el cruce con la carretera general de Córdoba. Una vez agrupados
descendemos hacia Ventas de Algarra donde nos espera otra “cote” corta pero
dura que corono primero, Manolo no entra en batallas tiene la misión ya
cumplida como tampoco entra a disputar la “cote” de Illora que se la lleva
Juanma. Tras una ligera parada en Illora
para llenar los bidones de agua descenso rápido hacia Lachar donde nos dejaría Nicolás
para irse a Chauchina, nosotros damos un pequeño rodeo por Peñuelas. Parece que
una vez que nadie se tenía que quedar con Nicolás se desata los truenos en la
pequeña subida hacía Peñuelas, intento poner un ritmo alto desde abajo, solo
Manolo responde, aumento el ritmo pero sigue el azor pegado como una lapa
afilando las garras y en un momento que me siento me asesta un mazazo que me
deja ko, aunque reacciono y tan solo se me va 20 metros. Por atrás viene Juanma
y entre los dos llegamos a Peñuelas. Samuel ha quedado más retrasado. Manolo no
para y sigue apretando en el terreno rompepiernas hasta Lachar, lo tenemos a 50 metros pero no hay manera de echarle el
guante, solo en el último repecho consigo pasar a Juanma y quedarme a unos 10
metros escasos, pero nada, hoy el azor ha impuesto su ley.
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De izq a derecha: Manolo, José Antonio, Juanma, Nicolás y Samuel |
Al final nos reagrupamos a la entrada de
Chauchina, una buena etapa, con solecito, una subida a Moclín que es espectacular y como punto final unas cervezas fresquitas
con una tapa de boquerones, por cierto me comí 4 boquerones, uno por cada gol
del Málaga al Granada. Que malo soy, pero bueno, en la primera vuelta el
Granada nos dio estopa de la buena.
Jorge vuelve, nos has faltado para que la
fiesta hubiera sido redonda. Nos quedamos con las ganas de un duelo de altura.
Seguramente la semana que viene habrá terreno para ello.
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